l pasado fin de semana se ha celebrado en el Lincoln Center de Nueva York la gala de entrega de  premios de la industria musical independiente de Estados Unidos. Esta es la edición número quince de unos galardones que representan la existencia de vida más allá del planeta comercial, la prueba de que hay alguien ahí fuera. Una esperanza viva dentro del gigante de la industria musical que se enfrenta a la parte más comercial que, totalmente estandarizada por las pautas de la antigua industria, intenta seguir imponiendo sus normas. Estos premios son un rayo de esperanza para aquellos que viven y sienten la necesidad de no escuchar día tras día los mismos temas, una vez tras otra, cada vez que se conectan a unos medios de comunicación cada vez más alejados de criterios artísticos.